«Un despido es muy amargo, pero haciendo la reducción con Pedro Ximénez la cosa cambia» afirma el empresario.
Juan Bonilla, empresario y cocinero sevillano del sector restauración, tendrá que declarar ante un juez por la reducción injustificada del 30% de su plantilla utilizando «Pedro Ximenez», al parecer, el empresario habría utilizado vino dulce de la marca «Pedro Ximénez» para llevar a cabo una amarga reducción de plantilla «con un toque dulzón al final». Los trabajadores despedidos relatan que Juan Bonilla, su jefe, les invitó a comer en su restaurante y les atiborro con vino dulce «Pedro Ximénez» con el fin de inducirlos a un estado de embriaguez y mermarlos de sus capacidades de procesamiento mental, para así, firmar su propio despido «entre risas».
«El contraste entre el vino dulce y el amargo del despido le da un equilibrio que, al final, te deja jodido pero con buen sabor de boca» declara el empresario al ser preguntado por las razones de dicha reducción en concreto.
El empresario y cocinero se defiende de las acusaciones argumentando que «en la cocina hay que experimentar cosas nuevas», su línea de defensa se basa en que «solo intentó que la reducción fuera lo más dulce posible», su abogado defensor ha manifestado que «debemos entender que Juan Bonilla es un apasionado de la cocina, solo quiso hacerlo a su manera, y tengo entendido que es un maestro».
Por otra parte, los denunciantes reclamarán ante el juez su derecho a volver a leer el despido «sobrios» y entonces decidir si firmar y aceptar la indemnización… también reducida con Pedro Ximénez. El abogado que asiste al grupo de trabajadores despedidos afirma que «fueron reducidos deliberadamente con Pedro Ximénez por el acusado…es un vino que pasa muy bien y claro, los engañó».