“Nadie ha entrado nunca pero lo que se ve desde fuera da miedo” comenta un policía de Río de Janeiro.
El cerebro de Jair Bolsonaro, nuevo presidente de Brasil, se ha convertido tras su elección como presidente, en el lugar más peligroso del país muy por delante de las conocidas favelas de Río de Janeiro. Machismo, racismo, homofobia, misoginia, entres otras muchas cosas peligrosas se pueden encontrar en la cabeza de Bolsonaro.
“Estoy a favor de la tortura”, declaraba el ultraderechista Jair Bolsonaro en campaña, una frase polémica que, finalmente, se ha entendido por sus votantes como “un gesto de buena voluntad” por no matar directamente al que sea malo.
Varios informes apuntan a que ciertas frases del nuevo presidente Bolsonaro, podrían darnos pistas de lo que se cuece realmente en su cerebro.
«Los homosexuales lo son por consumo de drogas, solo una pequeña parte lo es por defecto de fábrica», un presidente que claramente se posiciona en contra de la droga y a favor del sector industrial.
«El error de la dictadura fue torturar y no matar», un presidente sensible e inteligente.
Así se refería Jair Bolsonaro a la comunidad negra de Brasil: «No hacen nada. Más de mil millones de dólares al año estamos gastando en ellos. No sirven ni para procrear». Sus conocidos coinciden en que Jair hace amigos con facilidad por donde va y eso le será de ayuda en sus relaciones diplomáticas internacionales.
“Realmente, no se sabe todo lo que puede haber ahí dentro, pero tenemos claro que es muy chungo.”, comenta Joao Silva, ex policía de Río de Janeiro en referencia al cerebro de Bolsonaro.
Las encuestas lo anunciaban meses antes de llegar a ser presidente de Brasil, el cerebro de Jair Bolsonaro tenía con creces posibilidades reales de convertirse en uno de los lugares más peligrosos del planeta. Finalmente, ha conseguido el galardón sin lugar a dudas.