Algunos conductores que pararon para ayudar terminaron uniéndose a las protestas poseídos por los chalecos amarillos.
Esta mañana, un hombre que se había puesto el chaleco amarillo obligatorio después de haber sufrido una avería en su vehículo, ha acabado prendiendo fuego a su propio coche y provocando altercados, ayudado por una cincuentena de conductores han terminado cortando la autopista AP-7 y comenzando unas protestas sin que todavía se sepan sus motivaciones.
“No tenía pensado nada de esto pero ahora estoy de muy mala leche y no vamos a ceder… ¡No pasarán!”, afirma Geronimo Jimenez, el hombre que ha conseguido hacerse fuerte en la AP-7 gracias a su chaleco amarillo y al resto de conductores que se han unido a él para protestar “por lo que haga falta”.
“Estaba muy tranquilo al bajarme del coche pero ha sido ponerme el chaleco y lo he tenido claro. Volvería a quemar mi coche si hiciera falta, ¡ostia!”, declara Geronimo, el proclamado líder de las protestas.
A estas horas, los antidisturbios se dirigen a la autopista para intentar contener a la masa de gente equipada con chalecos amarillos y cada vez más enfurecida, que sigue quemando sus propios coches y montando barricadas con los guardarrailes y sus propios vehículos en llamas. “¡Todo está mal, joder!”, exclama Luisa, una mujer ataviada con su chaleco amarillo que se dirigía a buscar a su hija a la guardería pero ha terminado por unirse a las protestas sin saber muy bien el porqué.