Los datos señalan que este año hasta un 73% de cuñados han dejado de compartir todos sus conocimientos con los familiares durante las cenas de Navidad.Los datos señalan que este año hasta un 73% de cuñados han dejado de compartir todos sus conocimientos con los familiares durante las cenas de Navidad.
“Están dolidos”. Los expertos venían anunciándolo, la sobreexposición del termino “cuñado” y la amplia visibilidad social que se les ha otorgado en los últimos años han tenido consecuencias nefastas en las cenas y comidas de Navidad. Se calcula que un 73% de cuñados han decidido este año contener su verborrea y amplios conocimientos en diferentes ámbitos debido a la sobreexplotación a la que denuncian que están sometidos por la sociedad durante el resto del año. “Yo no puedo estar todo el día enseñando cosas a la gente solo porque no les gusta leer, que lean y aprendan por si solos… ¡Hombre, ya!”, afirma Mateo, un cuñado de los de campeonato.
“Algunos cuñados han llegado a ponerse durante la cena de Navidad una cruz en la boca en señal de protesta”, comenta Maria Antonia, madre de uno y muy afectada con el tema de los cuñados porque “la Navidad ya no es lo mismo”.
“A mi me parece mal lo que se está haciendo con los cuñados, mira este año, han pasado desapercibidos en la cena de Navidad. No hay derecho que todos tengamos que pagar por unos pocos desgraciados sin respeto”, comenta Jose, un joven que durante 20 años congregaba a todos sus amigos después de Navidad para contarles todas las gilipolleces que decía su cuñado y pasar un buen rato entre risas. Este será el primer año desde que su hermana se casó, que no podrá seguir con la tradición de reírse de su cuñado con los colegas durante todo el año.
“Hay muchas familias afectadas”.
Las redes sociales han tenido mucha culpa de la sobreexposición de los cuñados en la sociedad y sus graves consecuencias. En Twitter, perfiles como “El Cuñadometro”, han sellado indiscriminadamente a miles de cuñados de toda España sin pensar en las consecuencias que podrían ocasionar en las familias españolas.
“¿Acaso saben estos del ‘Cuñadometro’ el daño que han hecho sus sellos a nuestras familias?. Vamos a ver, antes… eran igual de cuñados que ahora, con la diferencia de que antes ellos desconocían que lo eran… Y nosotros los disfrutábamos, no como ahora, que no dicen ni la mitad de tonterías y memeces”, afirma Juana, madre de cuñados y suegra, está muy dolida con los acontecimientos vividos esta Navidad en la familia.
“Nada volverá a ser igual”.